Para los pocos que a estas alturas no me conozcan, soy Mathias Porter, o como mejor me conocen en Kansas "Ocho": Sociópata, alcohólico y cleptómano. Esos son los tres adjetivos que más me han repetido durante todos los años de mi vida, y nos les culpo, en realidad no estaban muy alejados de la verdad. Soy un tipo estancado en unos años que hace tiempo que pasaron, aquellos días en los que el cuero aún se llevaba y las gafas de sol eran únicamente un símbolo de rebeldía.
domingo, 31 de enero de 2016
Batacazo al vacío - Capítulo 2: Una colección de ébano y mármol.
Para los pocos que a estas alturas no me conozcan, soy Mathias Porter, o como mejor me conocen en Kansas "Ocho": Sociópata, alcohólico y cleptómano. Esos son los tres adjetivos que más me han repetido durante todos los años de mi vida, y nos les culpo, en realidad no estaban muy alejados de la verdad. Soy un tipo estancado en unos años que hace tiempo que pasaron, aquellos días en los que el cuero aún se llevaba y las gafas de sol eran únicamente un símbolo de rebeldía.
jueves, 28 de enero de 2016
Decisión.
Con todo lo que tiene que hacer, con todo lo que quiere ver -Me dijo mi mayordomo nada más ver como caía en la cama tras un día agotador, él se preocupaba muchísimo por mi aunque yo no quisiera prestarle tanta atención-. Despierte, deje los sueños en su mente y luche por lograr sus metas. No deje que otro le cuente lo que pudo haber sido -Me decía, empezando a alterarse a medida que iba incendiando su verborrea, él sabía lo que decía, pero parecía que estuviera desquiciado-. Lo que uno debe hacer no está muy alejado de lo que quiere. No permanezca inmóvil, ingrávido, en un cobertizo de cartón que a la primera que llueve se desmorona. Usted decide ahora quien quiere ser, abra los ojos.
Y los abrí, nada más que para ver un rostro torturado, unos ojos de alguien que se arrepentía de no haber vivido como habría querido. De no haber respirado lo suficiente.
Entonces la calavera que tenía en la mesa de noche, atemorizante y fantasmagórica, comenzó a hincharse de sangre. De venas. Músculos. Tendones. Piel. Más piel y pelo.
Y los abrí, nada más que para ver un rostro torturado, unos ojos de alguien que se arrepentía de no haber vivido como habría querido. De no haber respirado lo suficiente.
Entonces la calavera que tenía en la mesa de noche, atemorizante y fantasmagórica, comenzó a hincharse de sangre. De venas. Músculos. Tendones. Piel. Más piel y pelo.
Batacazo al vacío - Capítulo 1: Un paquete sin aviso.
No suelo ser crítico, y bien, no era un médico de la gran ciudad, pero sabía de primera mano cuales eran los defectos de mi persona. Yo, Joan Defroux desde fuera resultaba inquietante y paliducho, pero para los que me conocieran, sabían que resultaba incluso más excéntrico. Soy relativamente joven, no había llegado a la treintena, aunque estuviera cerca. Mi olor corporal no era por lo que destacaba -Aunque no era mi peor faceta-, se podría decir que no era un tipo que destacara, sin duda, era un tipo bastante corriente.
Tuve una infancia marcada por las continuas peleas de mis padres, quienes ocultaban sus conflictos bajo una incómoda música folclórica que realmente no tapaba nada. Pasé mis primeros años en las frías, pero entrañables montañas de Suiza, de donde eran originarios mis padres. Por lo que no me quedé otra que refugiarme en la tecnología desde mi más tierna infancia para alejarme de esta incomoda faceta de la vida llamada realidad.
Batacazo al vacío - Prólogo
¿Alguna vez has tenido la oportunidad de soñar? Suena muy cursi, lo se. Tuve la oportunidad de soñar durante toda mi vida… Pero ahora lo echo en falta. Ya sabéis, el mero hecho de poder dormir en una mullida cama, algo tan básico y que está tan lejos de mi. ¡Hecho de menos hasta tener pesadillas! ¿Qué? ¿Por qué? ¿Me lo estás preguntando en serio? Pues porque ahora soy el emperador y máximo señor de este mundo. Es un mundo extraño del que aún no he conseguido acostumbrarme ni lo más mínimo.
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